Participamos en la feria chocolatera más grande del país junto a los productores que hemos formado a través de nuestra Escuela Nacional de Cacao. En el evento mostramos no sólo empaques hechos con bioplástico a partir de la cáscara del cacao sino también cómo a través de la producción sostenible del mismo podemos ir rompiendo círculos de pobreza en zonas rurales.
En el marco de una de las exhibiciones de mayor importancia de su género en Sudamérica, como es el Salón del Chocolate, dimos a conocer las historias de vida detrás del cultivo sostenible del cacao, que es una herramienta para transformar realidades y crear nuevas oportunidades en zonas que enfrentan grandes desafíos como Esmeraldas y Cotopaxi.
Como Ayuda en Acción asumimos el reto de impulsar la producción orgánica y sostenible del cacao en zonas rurales donde la migración, la pobreza y la violencia han reducido notablemente el desarrollo y la calidad de vida de las comunidades, en estas zonas Ayuda en Acción ha desarrollado su Escuela Nacional del Cacao como una alternativa para que las familias adquieran nuevas habilidades productivas, incrementen sus ingresos y aprovechen los recursos naturales de su entorno.
Esta iniciativa de desarrollo social tiene un enfoque medioambiental innovador, ya que va más allá de la producción de chocolates orgánicos, también procura reducir al máximo su impacto ambiental a través de empaques hechos con bioplástico elaborado con cáscara de cacao, residuo de la producción que antes se desechaba y ahora se utiliza para empacar productos de alta calidad, asegurando así la conservación completa de sus componentes, y reduciendo notablemente los desperdicios en la ruta de comercialización y consumo.
Carlos Hernández, director país de Ayuda en Acción en Ecuador, explicó que en el Salón del Chocolate de este año participaron productores que hemos impulsado tanto de Cotopaxi como de Esmeraldas, “nuestro compromiso con estas mujeres valientes que trabajan en el campo día a día es brindarles herramientas, recursos y oportunidades para que a través del cacao tengan una fuente sostenible de ingresos, que les brinde independencia económica, desarrollo para sus comunidades, y sobre todo que impulse sus suelos a través del comercio justo, y el cuidado medio ambiental, que es esencial”.
Virginia Borja, participante de nuestra Escuela de Cacao en Esmeraldas, presentó su producto estrella: la tableta violeta de Zambaje, una deliciosa barra de chocolate compuesta de cacao, arándanos y maní. "Esta barra, con su distintivo color violeta, simboliza el esfuerzo y el sacrificio de las mujeres cacaoteras de Esmeraldas, nos llena de orgullo porque no sólo es deliciosa sino también viene empacada en un bioplástico que nosotras elaboramos con el apoyo de Ayuda en Acción quienes nos enseñaron el valor de la economía circular. Este producto refleja nuestro trabajo y nuestros sueños de un futuro mejor para nosotras, y para nuestras familias".

Durante el evento, en nuestra zona de exposición, quienes presentaron estos productos fueron las mismas personas que siembran, cosechan y transforman el cacao en derivados con calidad de exportación. Los visitantes al stand tuvieron la oportunidad de comprar chocolates directamente a sus productores, sin intermediarios, y logrando así aportar directamente al desarrollo de estas familias emprendedoras.
Como cada año, la agenda del evento contó con un sinnúmero de actividades como conferencias y mesas redondas sobre temas relevantes, en esta edición participamos en el foro “Cacao y Café: Economía Circular”, para explicar nuestras buenas prácticas alrededor de la producción sostenible de estos productos que buscan impulsar el desarrollo de las personas y proteger el medio ambiente.