“El día que tuvimos agüita hicimos una fiesta, estábamos muy felices y emocionadas. Desde ese día, ya no nos hemos enfermado, ya no tengo la preocupación de que no va a haber agua o de traer agua lejos del pozo, donde tomaban las vacas, ya no estoy cargando el agua, ya me siento más tranquila”
Flor Martínez, beneficiaria del Sistema de agua que construimos en la comunidad de Puculcay, Azuay.
En varias comunidades rurales de la provincia de Azuay, aún existen personas que han nacido y crecido sin contar con agua potable, y pertenecen al 30% de la población del país que no cuenta con agua segura, son quienes para cocinar, bañarse, hidratarse y demás tareas cotidianas consumen agua de ríos, esteros, pozos o incluso de la lluvia, las cuales son fuentes que en la mayoría de los casos están contaminadas, y les provocan graves enfermedades como: la disentería, la hepatitis A, la fiebre tifoidea, la poliomielitis, entre otras.
Incluso la falta de agua limpia y segura es una de las principales causas de la desnutrición crónica infantil, que afecta a 1 de cada 4 niños y niñas en el Ecuador, provocando graves efectos en su desarrollo. Además, en los lugares donde el agua no es accesible, las personas no tienen la posibilidad de realizar un adecuado lavado de manos, lo cual aumenta la probabilidad de contraer enfermedades prevenibles.
Por estas razones, cuando el agua llega limpia y segura por primera vez a sus hogares, y sólo abriendo un grifo doméstico, la alegría de las personas es inmensa. Incluso el tiempo y esfuerzo que las personas dedicaban a recoger el agua, ahora lo emplean en acciones más productivas y edificantes, que les generan mayor seguridad personal y bienestar.
También, se disminuye el número de lesiones en huesos y músculos, ya que las personas dejan de hacer largos y peligrosos viajes para recoger el agua. Es decir, tienen menos probabilidades de enfermarse y de incurrir en gastos médicos, y están en mejores condiciones de permanecer económicamente productivas.
Por eso, en Ayuda en Acción tenemos la meta de que el agua deje de ser un privilegio en Ecuador, y construimos sistemas de agua potable para las comunidades rurales del país, así protegemos su salud, mejoramos su calidad de vida e impulsamos su desarrollo integral.
Al momento, hemos rehabilitado y construido más de 120 Sistemas de Agua Potable en el país, beneficiando a más de 27.000 familias.
Detrás de la construcción de este Sistema de Agua Potable Pulculcay (Azuay) existieron:
- Más de 500 mingas hechas por la comunidad.
- Más $121.000 dólares invertidos por: La Unión Europea, GAD Santa Isabel y Ayuda en Acción. En el marco de un proyecto denominado “Mujeres Campesinas Liderando”.
- Más de 600 hectáreas protegidas de páramo, bosques nativos, zonas de recarga hídrica y fuentes de agua, para asegurar la sostenibilidad del sistema.
- Decenas de mujeres campesinas que se han formado en nuestra Escuela Nacional del Agua, y hoy son dirigentes en la Junta Administradora del Agua de su comunidad.
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¡Hagamos que el agua deje de ser un privilegio en Ecuador!