Proteger nuestros entornos naturales del cambio climático es una de nuestras principales metas. En este camino, el trabajo de las comunidades, con un énfasis especial en el empoderamiento de las mujeres, es fundamental para que las zonas del manglar sigan siendo reserva de vida y puedan proveer de oportunidades a las familias que viven de sus productos.
En este sentido, llevamos adelante el proyecto “Mujeres liderando la producción resiliente al cambio climático y la gestión sostenible de los manglares de Bunche y Salima y de la reserva marino-costera Galera San Francisco” en la provincia de Esmeraldas, con el financiamiento de la Generalitat Valenciana y la participación de la organización CEFODI.
El compromiso con la conservación ambiental y el fortalecimiento comunitario ha dado importantes frutos en las zonas costeras de Muisne, Bunche y Sálima.
Gracias al esfuerzo conjunto de asociaciones locales, autoridades y organizaciones aliadas, se han alcanzado importantes logros en la gestión sostenible de los manglares y la producción resiliente al cambio climático, en los ejes: ambiental, productivo, organizativo y de género.
La protección y sostenibilidad del medio ambiente es la meta
En las comunidades de Bunche y Sálima, la protección del manglar se ha convertido en un compromiso compartido que da frutos tangibles. Gracias al esfuerzo de las asociaciones locales y el apoyo de diversos actores, más de 227 hectáreas de manglar han sido monitoreadas, asegurando su conservación frente a la tala y la sobreexplotación. En la Reserva Marino Costera Galera San Francisco, los patrullajes y controles han fortalecido la pesca sostenible, garantizando el equilibrio del ecosistema marino. Además, 10 líderes comunitarios han sido capacitados en el uso de drones y Sistemas de Información Geográfica (SIG), herramientas que les permiten vigilar y proteger su territorio con mayor precisión. Como parte de este esfuerzo, la reforestación de 5 hectáreas de manglar y la recuperación de zonas para el repoblamiento de la concha prieta aseguran que este ecosistema clave siga brindando sustento y vida a las comunidades de forma sostenible.
Producción sostenible para un futuro de oportunidades
En la Reserva Marino Costera Galera San Francisco, la pesca no solo es un medio de vida, sino una herencia que se protege y fortalece con cada acción. A través de un censo pesquero, técnicos y líderes locales han unido esfuerzos para conocer el estado de las especies marinas y asegurar su conservación. Este conocimiento es vital para el futuro de quienes dependen del mar, como los más de 90 pescadores que han sido capacitados en buenas prácticas, aprendiendo a manejar los recursos de forma sostenible y garantizando la continuidad de sus actividades. Además, en un paso hacia la diversificación productiva, se ha impulsado el cultivo del pez chame, con la construcción de piscinas y la entrega de más de 16,200 alevines, brindando una alternativa económica que reduce la presión sobre el ecosistema marino. Estas acciones no solo protegen el océano, sino que también abren nuevas oportunidades para que las familias pesqueras sigan creciendo en armonía con la naturaleza.
Las comunidades crecen con un comercio justo y de nuevas oportunidades
Mediante un esfuerzo conjunto, el trabajo de las comunidades pesqueras está evolucionando hacia un modelo más sostenible y eficiente. Gracias al reacondicionamiento de dos centros de acopio de mariscos, ahora los pescadores cuentan con espacios adecuados para almacenar y procesar sus productos, garantizando mayor calidad y mejores oportunidades de comercialización a nivel local y nacional. Además, 60 miembros de las asociaciones pesqueras han sido capacitados en Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), fortaleciendo sus conocimientos en higiene y manipulación de alimentos para ofrecer productos seguros y competitivos. Pero la transformación continúa: con la implementación de tecnología blockchain y códigos QR, cada producto pesquero ahora tiene trazabilidad, asegurando su origen sostenible y brindando mayor confianza a los consumidores. Estas mejoras abren nuevas puertas para el comercio justo y responsable, demostrando que la innovación va de la mano con la protección de los recursos marinos.
Perspectiva de género y fortalecimiento comunitario
En las comunidades del manglar, las mujeres no solo son guardianas del territorio y sus riquezas, sino también protagonistas del cambio. A través de un estudio de brechas de género, hemos visibilizado su rol en la cadena de valor del marisco y la pesca artesanal, abriendo el camino para una participación más equitativa en los espacios organizativos, comunitarios y familiares. Como resultado de esto, se ha fortalecido con capacitación a 90 mujeres y 20 funcionarios públicos, quienes ahora cuentan con herramientas para reconocer y reducir las inequidades de género dentro de sus comunidades. Asimismo, mediante talleres y formaciones, se ha trabajado en temas relacionados a nuevas masculinidades y la repartición de tareas del hogar, llevando un mensaje contra la violencia de género y de igualdad de oportunidades para mujeres y hombres, porque cuando ellas avanzan, toda la comunidad crece.
Estos logros han sido posibles gracias al trabajo organizado y en equipo. La participación constante de organizaciones como la Generalitat Valenciana ha sido primordial para lograr estos resultados que están cambiando la vida de cientos de personas en la zona costera de Esmeraldas.
Estos logros reflejan el impacto positivo de la gestión ambiental y productiva en los territorios costeros de la provincia, fortaleciendo la resiliencia de las comunidades ante el cambio climático y garantizando el uso sostenible de los recursos naturales. Reafirmamos nuestro compromiso de seguir construyendo oportunidades justas y sostenibles a través de proyectos que protejan el medio ambiente para quienes habitan en las zonas de los manglares y el mar.